Descarbonización

Definición de descarbonización

La descarbonización se refiere al alejamiento del carbono y la reducción de las emisiones de carbono, especialmente en el sector de la energía, así como a la transición simultánea hacia un combustible post-fósil y una economía libre de carbono. 

En el proceso de descarbonización, los combustibles fósiles se sustituyen por fuentes de energía renovables y sin carbono para reducir o incluso evitar por completo las emisiones de gases de efecto invernadero. La descarbonización va a transformar nuestro suministro energético.

¿Por qué es importante la descarbonización? 

Cuando se utilizan y se queman combustibles fósiles, se liberan a nuestra atmósfera gases de efecto invernadero como el CO2. Esto multiplica el efecto invernadero y provoca que nuestro clima se siga calentando. Si las temperaturas suben más allá del umbral de 1,5 °C al que hemos estado intentando limitar el calentamiento global, el clima cambiará de forma irreversible. Si esto ocurre, ya no será posible detener los efectos en cascada del cambio climático y sus impactos. Como tal, una estrategia de descarbonización es un aspecto importante a la hora de actuar contra el calentamiento global.

Por eso la comunidad internacional se comprometió en el Acuerdo de París de 2015 con la minimización significativa de las emisiones globales de carbono de aquí al año 2050. De aquí a esa fecha, los países y las empresas deben haberse convertido en Cero Neto.

Descarbonización de la economía: ¿dónde radica el mayor potencial de reducción?

La descarbonización es una forma crucial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En la industria se utilizan como fuentes de energía principalmente materias primas fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón. Existe un enorme potencial para reducir las emisiones en este ámbito. 

Hay muchas oportunidades se descarbonización en los sectores de la industria, la construcción y el transporte.  

1. Industria: dos tercios del total de las emisiones industriales provienen del consumo de energía. La mayoría se pueden evitar adaptando simplemente los procesos y utilizando energía renovable y tecnología baja en carbono. Por otra parte, siempre van a existir emisiones residuales. Esta se pueden compensar a través de proyectos de compensación de emisiones de carbono

2. Edificios: dado que los edificios antiguos tienen una huella de carbono negativa, son responsables de emisiones de gases de efecto invernadero. Hay tres formas fundamentales de evitar o reducir las emisiones provocadas por los edificios. 

  • Renovación energética de los edificios 
  • Convertir los sistemas de calefacción a bombas térmicas, colectores térmicos solares o calefacción sostenible local y de distrito 
  • Sustituir por combustibles sintéticos los demás sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles 

3. Transporte: el transporte también es responsable de una amplia proporción de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. Estas emisiones se pueden reducir significativamente disminuyendo la cantidad de tráfico, recorriendo distancias más cortas, respetando los límites de emisiones y cambiando los motores y los combustibles.  

Las siguientes medidas también pueden servir para acelerar la descarbonización del transporte:

  • Reducir el tráfico de pasajeros
  • Fomentar medios de transporte sostenibles 
  • Reducir el tráfico de mercancías 
  • Expandir la movilidad eléctrica 
  • Convertir otros motores de combustión interna  

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